jueves, 21 de enero de 2010

Introducción del autor

Las crónicas del laúdico exiliado.


Normalmente, las novelas no requieren una introducción por parte del propio autor. Lo común es que, si acaso, dicha introducción la realice otro autor o un periodista. Sin embargo, he considerado oportuno hacer un breve comentario para explicar algunas cosas, más de formato que sobre la novela en sí.... aunque ya que me hallo en este menester aprovecharé para dar un par de retazos aclaratorios. Un poco a modo de sinopsis para que, a falta de una contraportada que ojear, se pueda leer esta entrada para dilucidar si, al posible lector, le interesa o no comenzar la lectura.

En primer lugar, el formato:
Como podeis comprobar esto es un blog en el que trataré de escribir sobre temas variados (reflexiones, poesías y ficción principalmente) por lo tanto, las entradas que vayan componiendo esta novela, titulada "Las crónicas del laúdico exiliado", serán, solo, una parte de las entradas que aquí podeis encontrar.
Por lo tanto, para diferenciarlas cláramente, iré titulando todas las entradas como "capítulo X: nombre del capt.". Y, además, añadiré, tal y como podeis ver en esta entrada, el nombre de la novela como subtítulo. Otra forma de distinguir que una entrada pertenece o no a esta novela, son las etiquetas. Si una de sus etiquetas es el nombre de la novela entonces es que esa entrada pertenece a ella. Por lo tanto, en caso de querer filtrar las entradas para que solo aparezcan éstas, no tendreís más que acudir a la sección de etiquetas y pulsar sobre ella.

Contraportada:
Los laúdicos, unos seres casi humanos pero con unas pocas características algo especiales, viven en armonía tanto con los humanos (sin que éstos se den siquiera cuenta de su existenca) como con su propio pueblo, gracias a un ferreo gobierno, cuasi-omnipotente, que impone leyes para que la convivencia sea perfecta. Sin embargo, un día, se rompe una de esas leyes y, durante la huída de los culpables, nacen dos mellizos que tendrán que conocer, por sí mismos, el modo de sobrevivir como proscritos.

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