sábado, 15 de mayo de 2010

Capítulo 3

Sentimiento descubierto
Las primeras “reencarnaciones” fueron confusas, los recuerdos del pasado estaban presentes cuando era solo un bebé. Sin embargo iban desapareciendo, se convertían en pequeños retales que me llegaban en sueños, me decían, y a veces creía, que eran imaginaciones, me llegaron a tachar de loco… Poco a poco fui empezando a entender el funcionamiento de este tipo de encantamiento y, gracias a ello, cada vida recordaba más de las anteriores. De hecho aún hoy sigo recordando muchísimas cosas de casi todas las vidas. Solo las primeras se quedaron más difuminadas en el olvido quedándome solo pequeños flashbacks que vuelven a mí de vez en cuando. De hecho de mi primera vida solo recuerdo el día de mi muerte. 
  Eso y también otra cosa más. Aunque eso lo volví a recordar muchas vidas después gracias a otra persona. De todas maneras esto es una historia algo complicada así que mejor empezaré desde el principio. 
  Cuando ya había vivido 7 generaciones y me encontraba al final de las octava me encontré en una posición de vida bastante boyante así que aproveché la oportunidad para investigar lo que me sucedía. Para ello viaje y leí todo lo que pude al respecto de la reencarnación y la vida después de la muerte. Llegados a un punto encontré un médico un poco excéntrico que me “invitó”, de una manera un poco particular, a participar en una sesión de hipnosis. 
  Los métodos del doctor no me merecieron demasiada confianza así que traté de negarme como pude. En el momento le odie por ello pero después le agradecí que se empeñara tanto. De hecho como con palabras no lograba convencerme me dio un terrible garrotazo (en el fondo le estoy agradecido pero en el momento, mientras perdía la conciencia, maldije a toda su descendencia por el fuerte dolor que me provocó en el cogote)
  Cuando desperté el médico estaba preparando el “ritual” y yo me hallaba sentado en una cómoda silla… atado de pies y manos a la misma. Los nervios del momento o quizás el hecho de sentir que me habían raptado me hacían gritar, unas veces pidiendo auxilio, otras encarándome con él y profiriendo amenazas sin igual. 
  Pronto me cansé. 
En cuanto él vio que ya no me quedaban fuerzas para seguir gritando se acercó a mí, péndulo en mano, y empezó a agitarlo frente a mí con ondulantes movimientos. No me explico muy bien como ocurrió pero rápidamente entré en trance y me vi a mí mismo en mi primera vida cuando solo debía tener 15 años, es decir, recién convertido en adulto. 
  En ese momento yo estaba encarándome con una pobre anciana que cruzaba dos veces al día mi poblado. Como yo ya era adulto me veía en la obligación de insultar y maltratar a la pobre anciana así que en ello me encontraba. Fue entonces cuando lo entendí todo. Cuando yo estaba a punto de lanzarle una piedra ella se giró, ágil como un gato, y mirándome a los ojos me dijo:
  – Siento que seas tu el que sufra esto pero alguien tenía que ser… y de hecho si algún día te arrepientes y tienes suerte quizás me lo agradezcas – Y agitando la mano derecha de forma espasmódica y lanzándome con la izquierda un líquido grasiento terminó, con la voz casi en grito, así – Nunca descansarás en paz, ni en esta ni en ninguna vida, hasta que te pase lo más increíble del mundo. 
  Y entonces desperté totalmente sudoroso de la hipnosis, comprendiendo que viviría una y otra vez por culpa de la maldición de la anciana hasta que me pasara “lo más increíble del mundo”. Tras lo cual el doctor me dijo que como pago, y ya que yo aún viviría más vidas, iba a utilizar mi cuerpo para sus rituales científico-mágicos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto engancha... ILY