¿Porqué me gusta tanto la ciencia ficción?
A mi siempre me encantó la ciencia ficción, por lo menos desde que empece a ser un teenager. Ahora, en parte por vaguería y en parte porque tengo una mujer con la que comparto, tan agradablemente, mi tiempo, leo mucho menos. Pero, aún así, no dejo de buscar libros de ciencia ficción para leer ¿algún día?.
Desde que era un niño pequeño mis padres (gracias) me inculcaron el placer y los beneficios de la lectura. Y, como buen niño, lo que más me gustaban eran los libros de aventuras (una cosa es que fuera un gafotas al que le gustaba leer y otra que leyera dramas con diez años)
Sin embargo llegó un día en que calló a mis manos (no sé muy bien si alguien me lo regaló, si me lo compraron mis padres o qué) cayó, repito, mi primer libro de ciencia ficción.
Aunque parezca mentira dicho libro era de una autor español. Jordi Sierra i Fabra. Y el libro en cuestión, una recopilación de cuentos cortos de fantasía y ciencia ficción, se titulaba "La puerta del más allá".
La verdad es que, los cuentos en cuestión, no eran ninguna obra de arte, simplemente eran cuentos imaginativos y entretenidos que sirvieran como lectura de entretenimiento para jovenes de entre 12 y 14 años (la colección de espasa en la que encuadraba el libro era para esas edades).
En cualquier caso me encantó.
Y me gustó tanto (y por eso me gusta tanto la ci-fi) porque cada relato es un derroche de imaginación pero con límites. Es, a diferencia de la fantasía, un mundo en el que tienes que imaginar, no solo lo que quieras contar... sino como es posible que eso suceda. Además, en la mayoría de la ciencia ficción, se une ese derroche de inventiba con finales sorprendes, vuelcos bruscos pero sorprendentes, en el guión y personajes que, más que por su valor o su fuerza triunfan, en muchos casos, gracias a su ingenio y a su imaginación.
Por eso, y porque Asimov es el más grande (y esto es como un axioma), me gusta la ci-fi.
Desde que era un niño pequeño mis padres (gracias) me inculcaron el placer y los beneficios de la lectura. Y, como buen niño, lo que más me gustaban eran los libros de aventuras (una cosa es que fuera un gafotas al que le gustaba leer y otra que leyera dramas con diez años)
Sin embargo llegó un día en que calló a mis manos (no sé muy bien si alguien me lo regaló, si me lo compraron mis padres o qué) cayó, repito, mi primer libro de ciencia ficción.
Aunque parezca mentira dicho libro era de una autor español. Jordi Sierra i Fabra. Y el libro en cuestión, una recopilación de cuentos cortos de fantasía y ciencia ficción, se titulaba "La puerta del más allá".
La verdad es que, los cuentos en cuestión, no eran ninguna obra de arte, simplemente eran cuentos imaginativos y entretenidos que sirvieran como lectura de entretenimiento para jovenes de entre 12 y 14 años (la colección de espasa en la que encuadraba el libro era para esas edades).
En cualquier caso me encantó.
Y me gustó tanto (y por eso me gusta tanto la ci-fi) porque cada relato es un derroche de imaginación pero con límites. Es, a diferencia de la fantasía, un mundo en el que tienes que imaginar, no solo lo que quieras contar... sino como es posible que eso suceda. Además, en la mayoría de la ciencia ficción, se une ese derroche de inventiba con finales sorprendes, vuelcos bruscos pero sorprendentes, en el guión y personajes que, más que por su valor o su fuerza triunfan, en muchos casos, gracias a su ingenio y a su imaginación.
Por eso, y porque Asimov es el más grande (y esto es como un axioma), me gusta la ci-fi.
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